lunes, 20 de mayo de 2013

Hélio Oiticica



Hélio Oiticica - Arte Instalação


http://neusavinhas.blogspot.com.ar/2012/07/helio-oiticica-arte-instalacao.html

Maurice Merleau-Ponty, Waly Salomao & Hélio Oiticica


Porque cuando escucho o leo, las palabras no siempre llegan a alcanzar en mí significados preexistentes. Tienen el extraordinario poder de arrastrarme fuera de mis pensamientos y abrir en mi universo privado fisuras por las que irrumpen otros pensamientos.

Maurice Merleau-Ponty, El hombre y la adversidad

La obra nace de un toque leve en la materia de la que está hecha mi obra permanezca tal como es; lo que la transforma en expresión no es sino un soplo: soplo interior, de plenitud cósmica. Fuera de eso no hay obra. Basta un toque, nada más.”

Hélio Oiticica

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Hélio, usina de energía, hombre poblado de contracciones, millonario en contradicciones, con un costado puramente cerebral y otro que es instinto puro. Constructivista y brutalista. Carnaválico y matemático. Coexisten en él resquicicos del romanticismo más radical, extremado hasta las últimas consecuencias como la frase-estandarte SEJA MARGINAL, SEJA HERÓI (Soy Marginal, Soy Héroe), que es el pináculo, la cima de este romanticismo descomedido.

Waly Salomâo  (Hélio Oiticica - Qual é o parangole? y otros escritos . Editorial Pato en la cara. Pág. 31



El otro no es una abstracción descarnada, con quien la unión se vuelve imperativa para construir una futura sociedad utópica, tal como sucede con el redencionismo marxista. El otro es un cuerpo carne y hueso que opera la transmutación del propio cuerpo de Hélio tornándolo sensible a lo sensible. Ir por el mundo en una pregnancia peripatética que cumple la formulación del devorado Merleau-Ponty de “borrar la línea divisoria entre el cuerpo y el espíritu”. Tan devorado fue Merleau-Ponty que la frase que cito entre comilla fue tomado de la conferencia titulada “El hombre y la adversisdad”, que habría de convertirse en humus significante de la capa PARANGOLÉ, DA ADVERSIDADE VIVEMOS [DE LA ADVERSISDAD VIVIMOS], que hace girar y dispara su haz de señales como envoltorio-emblema del cuerpo de un habitante del morro. […] Despertar al incorfomismo de una vida tejida de acasos miserables y fiesta que se pliega sobre sí y se abre al espacio que la rodea, se reasume y se expresa. Estandarte antialimentación. En dos PARANGOLÉS señeros están impresas las nociones-base: ESTOU POSSUÍDO  [ESTOY POSESO] e INCORPORO A REVOLTA [INCORPORO LA REVUELTA]

Waly Salomâo - ídem - pág. 33

José Oiticica Filho y Dona Ángela partieron tranquilamente a pasar una semana y media en Minas Gerais. Los tres hijos, Hñelio, César y Cláudio, estaban en período de vacaciones escolares pero por alguna razón quisieron quedarse en Río de Janeiro.
Hélio, el mayor de los tres, convoca a los otros dos y a la mucama y les propone cambiar el día por la noche. Es decir: de día dormir como si fuera de noche, y de noche realizar todas las actividades diurnas. Terminar de una vez por todas con esas convenciones bobas porque de noche, con la temperatura más amena, es mucho mejor hacer todo lo que uno le gusta. Pintar, martillar, serruchar, escuchar la radio a todo volumen, cantar y bailar. Cocinar, lavar la ropa, arreglar la casa. Los dos hermanos y la mucama aceptaron de entrada y con entusiasmo tomar el cielo por asalto. Todo iba a mil maravillas excepto por la incompatibilidad con el mundo externo. Quejas y más quejas. Cuando el panadero y el carnicero golpeaban a la puerta para hacer sus acostumbradas entregas matinales, eran reprendidos severamente. Los vecinos comenzaron a extrañarse por tanto alboroto molesto el buen y merecido descanso de los moradores de la tranquila calle Alfredo Chaves, Humaitá, cerca del Largo dos Leões, de casas todas iguales. Parecía que hubieran instalado una carpintería-atelier-bote-lavandería-restaurante, todo junto, un barullo infernal noche adentro. Un cartero fue a entregar una encomienda certificada por el Foto-Cine Clube Bandeirantes de São Paulo para el socio José Oiticia Filho a las 10: 30 de la mañana y sufrió un rechazo mayúsculo. “¡Fuera de aquí! ¿Dónde se ha visto entregar encomienda a estas horas?”. La modista-costurera estuvo resentida durante meses por el tratamiento recibido al haber querido entregar los vestidos nuevos de Doña Ángela con la luz del día. A la medianoche y cuarenta y cinco, la mucama interrumpía su idilio porque tenía que prepararles el “almuerzo a los chicos”. Duro poco el nuevo régimen Zero de Conduite y fue sofocado luego por el tedioso retorno del ancien régime de los padres, pero quedó en el recuerdo como novela ejemplar del gas subversivo de Hélio Oiticica. Voluntad ciclópea de modelar y remodelar el mundo.

Waly Salomâo pág. 45 – 46


De Hélio Oiticica a Lygya Clark: “(…) hoy soy marginal: no marginal que aspira a la pequeña burguesía o al conformismo, como la mayoría, sino marginal propiamente dicho: al margen de todo, lo que sorprendentemente me da libertad de acción- y para ello sólo necesito ser yo mismo, según mi principio de placer (…)”.

Wally Salamoa. pág. 51


“La vía del exceso conduce al palacio de la sabiduría” William Blake 


El mundo sin objetos de la tela de Malevich exige una valerosa actitud de reinicio radical. Los problemas propuestos promovían la superación de la tela enmarcada y apuntaban a la construcción en el espacio. “Broadway Boogie-Woogie” y “Victory Boogie-Woogie”, últimos trabajos de Mondrian, son correctamente comprendidos en tanto problematizaciones fecundas y quedan en medio del fuego cruzado de las penetrantes lecturas de Hegel, Cassirer, Langer y Merleau-Ponty. Este procedimiento equipó a Hélio con herramientas conceptuales muy poderosas. Nunca fue un naϊve. El círculo del arte del primer mundo es excesivamente sofisticado y habría desmantelado a un naϊve.

Wally Salamoa  Pág 81 

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Cuerpo Vaciado
(Merglho Do Corpo, Bólide-Caixa 22.)


Jean-Luc Godard, reflexionando críticamente sobre el espejo de los 100 años del cine, lanzó en 1995 un rayo de pensamientos paradójico: “El espejo debería reflexionar antes de reenviar la imagen”.
La persona se asoma a un trivial piletón eternit su imagen que aparece superpuesta a la frase inscripta con letras de goma cortadas y pegadas en el fondo del tanque –“Mergulho do Corpo” (Zambullida del Cuerpo)-; es decir que, entre la imagen que se inclina y su reenvío, ocurre una levísima operación de superación de la dicotomía cuerpo /espíritu, cuerpo/lenguaje; la imagen es reenviada con el reflejo/reflexión de la frase inesperada “Mergulho do Corpo” escrita en el fondo del tanque.
Provoca en Narciso susto de despegue que despega. Una inmersión en la que el cuerpo aparece más como fragmento de materia, eje de mecanismos en tanto carne animada. El antiquísimo refrán que dice que “la verdad habita en el fondo del pozo”, generalmente profundo y oscuro, queda completa y simplemente desmantelado en el trabajo piletón eternit, de esos que se compran en cualquier local de venta de materiales de construcción. Es decir que no tiene nada del aura del objeto artesanal único, pozo artesiano singular, fuente sagrada; es un Reddy-made pero un Reddy-made transcodificado, envenenado, como la Mona Lisa duchampiano con bigote y barba candado, porque en su fondo claro y raso lleva escrita la frase 2Mergulho do Corpo”. Lleno de agua como si fuese un espejo narcísico, el lago legendario donde Narciso se mesmeriza, se enamora de sí mismo. Ni siquiera donde Narciso se mesmeriza, se enamora de sí mismo. Ni siquiera pretende ser un buen espejo, en el sentido óptico de superficie reflectora constituida por una película metálica extendida sobre un vidrio o un cuerpo metálico lustroso; ni tampoco pretende se un buen espejo en el sentido pragmático de permitir que alguien se mire, se peine, se retoque el maquillaje, etc. Aun cuando pueda desempeñar estas funciones con toda tranquilidad. Es en verdad un espejo fluido, cambiante, precario, oblicuo y dispersivo porque la persona queda atrapada leyendo la frase superpuesta e integrada a su imagen como una cicatriz o un cascarón. “Alí del medio, espejo sin reflejo” es una expresión que se usa cuando alguien se interpone entre el sujeto y un espejo; el otro es visto como obstáculo, como creador de opacidad. Pero sobre la borda del pequeño estanque pueden asomarse simultáneamente cuatro o cinco personas, haciendo a aparecer de ese modo un cuerpo-espíritu-grupal interfundido. Como sí allí estuviera tatuado este pensamiento de Duchamp: “Dado que la frontera de un cuerpo no forma parte ni del cuerpo propiamente dicho ni de la atmósfera circundante”. MERGULHO DO CORPO es un espejo arquetípico, “primitivo”, como el espejo de cualquier superficie acuosa, el espejo de las aguas de un riacho donde está depositado, a manera de aluvión, enigma de la pregunta contemporánea: ¿Qué cuerpo es éste?
¿Qué cuerpo es éste? ¿Qué cuerpo es éste? Eco, la ninfa enamorada de Narciso, continúa indagando en la fantasmática escena actual. Pero es un estanque prefabricado, industrial, obra despojada. Desierto de ninfas y bosques y fantasmas. MERGULHO DO CORPO es sólo una zambullida y no aspira a captar ninguna shakespeareana esencia vítrea. Por eso es raso, quizás para “evitar la auto-ilusión de pensar que tenemos una naturaleza profunda”, como bien dice Richard Rorty en La filosofía y el espejo de la naturaleza.
¿Qué cuerpo es éste? Seguramente posterior a las concepciones médicas del cuerpo del siglo XIX y principios del XX. No es el conjunto de órganos descripto en las láminas de los anatomistas, ni la conjunción de órganos descripto en las láminas de los anatomistas, ni las conjunción de procesos que predican los fisiólogos, ni tampoco se restringe al objeto de análisis de los biólogos; es decir, no se reduce exclusivamente al cuerpo que la ciencia ve o del que la ciencia habla. Tampoco excluye ni exige, necesariamente, el cuerpo dietético, esa compulsiva caligrafía compaginada por gimnasios, joggins y spas.        
Seguramente MERGULHO DO CORPO elige y “refleja” otro recorte. El cuerpo capaz de fruición sensorial, el cuerpo des-reprimido, el cuerpo erótico, el cuerpo matriz de singularidades y fuente originaria, renovable, de placer. MRGULHO DO CORPO es un reflejo pensado (“reflexionado”, “especulado”) como unificación de las partes separadas cuerpo/espíritu, cuerpo/lenguaje. Quedé asombrado al ver el montaje en Europa, en Holanda, un país protestante donde el cuerpo fue más reprimido que en Brasil. Era inmensamente difícil que la gente mirara el agua de manera lúdica. Que abandonara a la zambullida del lenguaje corporal. Más bien una curiosidad apartada, una dificultada de participar, de penetrar en la experimentalidad. No tenían ganas de “comer con los ojos”.
En Holanda, país paradigmático de la tolerancia, incluso cuando el cuerpo aparece desnudo en primavera-verano, es de una inocencia desexualizada, exuda ascetismo de mundo interior. Visto bajo el parcial prisma picante-tropical. 

Waly Salomao. Pág.85 




miércoles, 15 de mayo de 2013

Alberto Greco


Tía Ursulina, la pintura y yo

Cinco años después de Jorge Julio, mi hermano mayor y cuatro años antes de Edgardo, nacía en Buenos Aires Alberto Tomás Greco (yo). Lo escribo así para darle un poco más de importancia y al mismo tiempo hacer el cuestionario menos aburrido.
Según comentario de algunos, soy hijo de Úrsula, mi adorada tía materna: pero no es cierto, porque en ese 14 de enero de 1931, mi tía Ursulina hace 2 años estaba en Tokio, junto con mi tío Matías, adonde habían ido en un principio para participar en un certamen de barriletes y luego se quedaron hasta el invierno del 33. De todas maneras puedo decir, porque tengo ganas y porque tengo ganas y porque me gusta la idea que soy hijo de mi tía Ursulina y no de Ana Victoria Disolina Ferraris como figura en el insoportable papel de la identificación. Al regresar tía Ursulina de Japón recuerdo que trajo infinidad de objetos fabulosos, pero que no me dejaron tocar por miedo a que los ensuciara; tampoco verlos, por miedo a que me entusiasmara con ellos. El regalo que venía con mi nombre tía Ursulina los trajo hasta el dormitorio (yo tenía entonces dos años o dos años y medio, o quizás ya tres). Estaba envuelto en un papel extraño entre color tostado y violeta. Por supuesto rompí inmediatamente el papel, ante la sonrisa de tía Ursulina, encontrando una jaula (creo que era de mimbre). El ave (imagino un faisán) estaba tan asustado como yo. “Ponéle un nombre y sean amigos”, dijo tía Ursulina.
Esa noche dormí con la jaula del faisán al lado de mi cama. Muerto de miedo. Francisco José –mi padre- entonces y hasta que se jubiló, trabajaba en el Banco de Italia. Yo no lo veía nunca, y los únicos regalos que me hacía eran unos lápices de tinta que robaba del banco y unas gomitas para paquetes que también las sacaba de allí.
Las horas de siesta que mis parientes utilizaban para morirse un poco, yo jugaba en el vestíbulo y en el patio grande con el faisán (no estoy seguir de que lo fuera) y con los lápices de tinta. Puedo decir, con un poco de remordimiento (un poco nada más), que no dejé una sola baldosa del patio sin garabatear. Cuando se les acababan las puntas a los lápices, yo mismo se las sacaba raspándolos contra la pared.
A todo esto, el faisán parecía divertirse conmigo. Luego que mi madre se despertaba a la siesta, tomaba mate en casa y yo chocolate con mucha leche para que no me diera  urticaria.
Los rayos del sol daban a los garabatos del patio un cierto brillo plateado pero casi no se notaban. En esa casa, por lo tanto, no me decían nada, pero en los días de lluvia, al mojar el agua los dibujos, las paredes, las persianas y todas las baldosas se teñían de violeta.
Al principio, el faisán no quería comer, como si tuviera pudor de hacerlo ante alguien, entonces yo me escondía en el dormitorio de mis padres y lo espiaba por las mirillas de las celosías. Pero luego fue tomándome confianza, andando detrás de mí por toda la casa (que era enorme), por los patios y por los dormitorios.
Un día, también a la hora de la siesta, él solo, sin mi autorización, decidió adelantarse y subir por la escalera del fondo que llevaba al altillo. Entonces yo fui un poco él mismo y lo seguí callado, en señal de complicidad, tratando como él había hecho conmigo, de que me sintiera acompañado en su curiosidad. Antes de llegar a la parte más alta de la escalera, que daba vuelta hacia una especie de balcón, me caí. Rodé. Sólo recuerdo el susto del faisán y el revolotear de sus alas, como intentando volar hacía mí, para salvarme. Por supuesto, pasé largos meses en cama. Perdí el habla y Jorge Julio sentía cierto placer en llamarme “el mudito” y traer a casa amigos para que me vieran. Creyeron que nunca más iba a hablar, pero no me despertaba la idea; al contrario, me gustaba.
Me hacían hacer extraños ejercicios, poniéndome botones bajo la lengua. No volví a ver al faisán; supe que tía Ursulina se lo había llevado a su casa de campo. Pero sin la jaula de mimbre, que quedó colgada en la cocina.
Más tarde, mi madre, con otras tías creyendo que yo no lo recordaba ni me importaba, comentó que el faisán había sido muerto a picotazos por dos gallos que habían logrado saltar el gallinero, allá, en el campo.
En esa época, ya no me interesaban los lápices de tinta que traía mi padre del Banco. Había descubierto algo mejor: los colores. Quizás, porque me recordaban al faisán.
Pintaba sobre cualquier papel pasando de los dedos mojados en saliva sobre esos redondeles de acuarela pegados sobre cartulina blanca con forma de paleta de pintor.
Pintaba todo el tiempo con los dedos.
Eran manchas muy raras. Jorge Julio insistía en que yo explicara el sentido de esas manchas de colores, qué querían decir, por qué las había hecho. En qué pensaba cunado las estaba haciendo. Quería a toda costa un explicación. Pero nunca supe que responderle, deseando continuar mudo toda mi vida para no tener que dar explicaciones nunca. Y también sordo, para no oírlas.

Alberto Greco
El niño Stanton - Revista de poesía y arte. Buenos Aires. Año 2008
Pág. 5 y 6 - Dossier Escrituras-  dedicado a Alberto Greco
Publicado originalmente como respuesta a un cuestionario del fotógrafo Saamer Makarius que preparaba un libro sobre pintores argentinos que nunca vio la luz. En 1961, Greco lo leyó durante una sesión de la SAAP (Sociedad Argentina de Artistas Argentinos)     





















Sobre Xul Solar

Sobre Xul Solar 

Visiones y revelaciones:

http://www.literalmagazine.com/assets/l4_solar.pdf?9d7bd4

Xul Solar


Hexagrama 9
4 -10 -25
21 ½ hs

Noche, Veo una gran selva de varios pisos sobre pisos inferiores maraña de árboles cada uno creciendo sobre otro que es igual. Más hondo hay maraña hasta lo denso oscuro, arriba todo oscuro verde brillante con flores fosforescentes y bichos. Estoy arriba, me deslizo volando, soy sobre cabeza rósea bola fosforescente en un grupo de otros iguales. Bajo mi hay casi bandadas de hojas banderas por doquier y como sombrillas como de papel estrujado. Choco al acabarse la selva alta vertical como muralla.
Y ahora es un mar claro amarillo discontinuo hecho de gigantes largos como cuadros y millas sin esqueletos flotando por doquier pero sin mezclarse. Destellan y viven y sienten, piensan casi como un hombre o por los hiatos arriba y hondo en todas direcciones o poses. Hay barcos y buques que navegan de a un o de muchos.
Allí el mar es una desolada alta pampa parda sobre noche astral desierta. Hay ráfagas entre quietas neblinas y brumas que migran que se cruzan al altos desniveles, lo único allí son pensamientos, recuerdos, espesas, auto sueños, todo sin nombre, sin mente núcleo y por ello viven como larvas. Nosotros allí sólo seguimos volando a distancia como patrulla que vuela y por el final de la pampa hay grandes estatuas blancas como de sal pendiendo casi vivas en fila colgante. Olvido mi compañía, me acerco a una gran mole que me atrae hacia ella, alta, como de 20 metros que es de gente dura conglomerada, enorme, unos gigantes que fueron enormes mundos, otros menores, ex comunes, de formas fluidas. Allí entro decidido y me siento y me relaciono con ellos. Casi como que cada uno fuera una vida mía pasada que paulatinamente se animan se separan más y yo también me agito después y mis sentidos no distinguen, me confundo y me desconcierto.

Después me encuentro allí totalmente sólo flotando sobre un abismo, sobre un cielo tan repleto de astros que casi no es de noche de tantos colores de luz distintas en destellos rutilantes y titilan quedando aturdido, encandilado como el movimiento de un inmóvil concierto de cielo y otras esferas lejanas.

Pero este abismo está vacío hasta que lo traspase por eso es que lo debo traspasar como a la muerte y al fin caigo, me sumerjo en el vacío negro, donde nada siento, ni veo, ni pienso, ni hay divos y pierdo mi ego. Pero luego se aclara todo alrededor y vuelvo a tener conciencia del mundo, el mundo me reconoce, no pude vencer ni cruzar el abismo, allí me desmayo, ahora estoy ahí y después soy sólo yo.

Xul Solar
Relatos de Mundos Superiores
Traducción del neocriollo



















Artículos 

Martin Heidegger 

El concepto de tiempo
http://www.philosophia.cl/biblioteca/Heidegger/Heidegger%20-%20El%20concepto%20de%20tiempo.pdf

El origen de la obra de arte 
http://www.farq.edu.uy/estructura/servicios_docentes/departamentos_de_ensenanza/dethycs/arqyteo/texto/Heidegger.pdf

La cosa
http://www.bolivare.unam.mx/cursos/TextosCurso10-1/HEIDEGGER-%20LA%20COSA.pdf

¿Qúe es Metafísica? 
http://www.philosophia.cl/biblioteca/Heidegger/metafisicahe.pdf


Construir, habitar, pensar 


Ludwig Wittgenstein

Tractatus logico philosophicus 


Friedrich Nietzsche

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

jueves, 9 de mayo de 2013

Ricardo Carreira


Carreira, enter

Ricardo Carreira, figura de culto del arte argentino de los sesenta, tiene gran impronta sobre varias generaciones de artistas y poetas y poquísimas entradas en google. Una introducción y algunos inéditos.



Ricardo Carreira, figura de culto del arte argentino de los sesenta, tiene gran impronta sobre varias generaciones de artistas y poetas y poquísimas entradas en google. Una introducción y algunos inéditos.
Ricardo Carreira nació en Diciembre de 1942, en Buenos Aires y murió en esa misma ciudad en 1993. Su obra visual, perfomatica y literaria forma parte de una compleja constelación que se conforma iniciada la década del 60, cuando comenzó a exhibir sus ideas: acción- arte, política-lenguaje. Conceptos que marcan el desarrollo de su obra y que, inscriptos en su trabajo poético, trascienden su época y se convierten en un importante referente de la vanguardia argentina.
Elegí un poema inédito de Carreira para hablar de las marcas de un artista y de un habla que no ha sido atrapado por la superficie caligráfica y que inagotablemente se actualiza en el margen de sus acciones, alejando cada vez más los límites desplazados de la costumbre y la conformidad. Su pensamiento se nos presenta como una continuidad, anunciada ya por Macedonio Fernández cuando advierte que ha seguido leyendo después de concluida la lectura: "se me aviso muy tarde que lo que leía era después de terminado". El límite al final es sólo un espejismo, porque la verdadera acción diluye sus encantos. En ambos, Carreira y Macedonio, elegir continuar, en lugar de concluir, es priorizar una forma de ser antes que una forma de conocer. Exceder la propia letra es un juego contra la presencia intangible del habla: hablar como lo hizo Carreira es, entonces, una variedad de la acción y un obrar contundente.
Entre su obra y su obrar existe un desfasaje, una desviación sin coincidencia, porque el obrar es una maquinaria invisible que pertenece al exceso. Aunque la única vía posible de ingresar en un obrar particular es justamente a través de la obra, en esa decisiva afirmación de lo que hay. Lejos de cualquier definición categórica, se produce un entramado dialógico donde simultáneamente la obra construye identidades y el obrar las destruye. El habla de Carreira quizás sea esa bisagra entre el hacer y el deshacer para poder, al fin, decir. Su obra es la configuración de acciones y reacciones, una red lábil con respecto a un núcleo de emanación. El centro se ha expandido, las sustancias son pequeños átomos que se expanden y se cruzan con otras sustancias expandidas, en el aire o en la materia. Un corpus de ideas permeables que me interpelan si me conecto. Este conjunto de mónadas dispersas, que divagan en el espectro de sentido entre la obra y el obrar, operan como un habla que trabaja actualizando la realidad que nos depara un artista. Las páginas de Carreira son claramente un lugar, quizás algo mucho más concreto que eso, una pared. Así, como atravesó el espacio con una soga en su instalación Soga y texto, en el poema subraya con frágiles líneas los núcleos sustantivos de sus versos, para estimular la atención por las cosas:
No veo lo que hay del otro lado de la pared.
lado, pared
Para rodear a Carreira hay que inventar un artificio, cada vez que rodeamos un obrar el ejercicio es como un juego, por que el obrar no existe en ninguna parte. Wittgenstein en lasInvestigaciones Filosóficas dice que, con el lenguaje hacemos cosas muy heterogéneas, la diversidad de juegos de lenguajes hace que podamos determinar reglas diferentes para cada uno de ellos. El juego de Carreira es el juego de la conmoción y sus reglas tan intangibles que se escapan a esas letras que subrayan sus objetos, el artificio entonces es una pregunta frente a la conmoción del mundo.
Sus poemas son como excavaciones arqueológicas que sacan a la luz el fondo opacado de las palabras, uno de los aspectos más interesantes de la relación con el lenguaje, es modificar el poder hipnotizador de las palabras que aparece cuando se convierten en un decorado tieso, en una presencia anquilosada, cuando se naturalizan. Carreira dice que "hay un gran espejo cultural, alienado, llamémoslo mentira cultural organizada, violencia armada dirigida a mayorías, y minorías desarmadas y obedientes" (ver "Alienación", más abajo), probablemente esas sutiles líneas trazadas sobre el filo del lenguaje sean para él ese otro lado del espejo que no todos están dispuestos a traspasar:
Hay menos café en la taza porque está caliente y se evaporó.
café, taza.
hay, evaporó.
Su insistente afirmación con respecto a un hay, un hay más allá de los límites del canibalismo de la subjetividad, que todo lo deglute para proyectar aquí y allá las sombras de un narcisismo infinitamente demandante, se convierten en Carreira en la contemplación de lo que existe, no en el abandono de la interioridad sino en la meditación restauradora de un sujeto en el mundo. Lo cual claramente implica la crítica y el descontento, también la locura, pero nunca la típica neurosis de los que creen que la esfera del lenguaje y la esfera de la vida son dos líneas paralelas que nunca se tocan. Ricardo Carreira subrayó las cosas del mundo e intervino en él como un artesano del lenguaje. Fue mucho más lejos que cualquier rótulo, no en vano Ricardo Piglia, en su introducción al libro Poemas publicado por Atuel, sintoniza a Carreira en un universo paradisíaco junto a Jorge Bonino, Macedonio Fernández, Alberto Greco y Xul Solar. "Es un linaje de inventores obstinados, soñadores de mundos imposibles, filósofos secretos y conspiradores que se mantuvieron alejados del dinero y del lenguaje común e inventaron su propia economía y sus medios de expresión", dice Piglia. La particularidad y la genialidad de Carreira es introducir el lenguaje en la obra, no como una justificación o un argumento, no del lado del hábito, ni a favor del simulacro de la cultura, sino como un desencadenante explosivo para dar paso a la realidad, situando sus poemas en una frontera que se convierte, a su vez, en un horizonte de posibilidades. Justamente esa insistencia por un mundo y ese arrastrar las palabras a los límites de la vida es lo que hace de Carreira un constructor de realidad, y a su obrar en una afirmación política y poética de un inagotable sistema de referencias donde sus palabras trabajan:
Hay trescientos libros cerrados En mi biblioteca.
libros, biblioteca.
300 palabras por página palabras, páginas.
Voy leyendo palabra por palabra.
palabra.
Sé que estas ahí leyendo.
Alienación Con los castigos corporales, se rompe la relación cosa-cosa, persona-persona, persona-cosa. No es lo mismo enseñar que ordenar… la orden baja información con respecto a una estructura de baja información nos une con las manos y los pies las zonas con más contacto con el dolor. Hay un gran espejo cultural, alienado, llamémoslo mentira cultural organizada, violencia armada dirigida a mayorías, y minorías desarmadas y obedientes. En la relación cosa-cosa, persona-persona, persona-cosa, jamás se vio a algunos de los llamados “alienados” por una sociedad super alienada confundir que comiera con un tenedor al revés, tratara de tomar agua con el vaso invertido o tratar de abrir una puerta por los goznes. El lenguaje sirve muchas veces para perderse que para encontrarse. Es difícil que existan enfermedades que justifiquen la trepanación pues la presión del hueso externo cerebral impediría la formación de todo quiste, además de la naturaleza de la materia cerebral. Con respecto a la alquimia del conocido “alopidol” y sus semejantes que produce parkinson y suicidios , o recortamientos de partes de cuerpo humano como el conocido Van Gogh, en estado no intoxicado ningún ser humano se secciona parte del cuerpo. Fue seguramente inventado por algún alumno de las primeras “UNIVERSIDADES” llamados “corsos” o cursos en portugal producto de una “alquimia de baja información que se sigue repitiendo por problemas de escolasticismo o fetichismo de la cultura (los “libros nos educan en la permanencia pues no cambian solos escolastisismo, sacralidad de lo escrito) o por intereses industriales ya encadenados en el sistema educativo difíciles de desarmar *(Gracias “CULTURA” faraónica pre-napoleónica) Ricardo Carreira