Porque cuando
escucho o leo, las palabras no siempre llegan a alcanzar en mí significados
preexistentes. Tienen el extraordinario poder de arrastrarme fuera de mis
pensamientos y abrir en mi universo privado fisuras por las que irrumpen otros
pensamientos.
Maurice
Merleau-Ponty, El hombre y la adversidad
La obra nace de un toque leve en la materia de la que está hecha
mi obra permanezca tal como es; lo que la transforma en expresión no es sino un
soplo: soplo interior, de plenitud cósmica. Fuera de eso no hay obra. Basta un
toque, nada más.”
Hélio Oiticica
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Hélio, usina
de energía, hombre poblado de contracciones, millonario en contradicciones, con
un costado puramente cerebral y otro que es instinto puro. Constructivista y
brutalista. Carnaválico y matemático. Coexisten en él resquicicos del
romanticismo más radical, extremado hasta las últimas consecuencias como la
frase-estandarte SEJA MARGINAL, SEJA HERÓI (Soy Marginal, Soy Héroe), que es el
pináculo, la cima de este romanticismo descomedido.
Waly Salomâo (Hélio Oiticica - Qual é o parangole? y otros escritos . Editorial Pato en la cara. Pág. 31
El otro no es
una abstracción descarnada, con quien la unión se vuelve imperativa para
construir una futura sociedad utópica, tal como sucede con el redencionismo
marxista. El otro es un cuerpo carne y hueso que opera la transmutación del
propio cuerpo de Hélio tornándolo sensible a lo sensible. Ir por el mundo en
una pregnancia peripatética que cumple la formulación del devorado
Merleau-Ponty de “borrar la línea divisoria entre el cuerpo y el espíritu”. Tan
devorado fue Merleau-Ponty que la frase que cito entre comilla fue tomado de la
conferencia titulada “El hombre y la adversisdad”, que habría de convertirse en
humus significante de la capa PARANGOLÉ, DA ADVERSIDADE VIVEMOS [DE LA ADVERSISDAD VIVIMOS],
que hace girar y dispara su haz de señales como envoltorio-emblema del cuerpo
de un habitante del morro. […] Despertar al incorfomismo de una vida tejida de
acasos miserables y fiesta que se pliega sobre sí y se abre al espacio que la
rodea, se reasume y se expresa. Estandarte antialimentación. En dos PARANGOLÉS
señeros están impresas las nociones-base: ESTOU POSSUÍDO [ESTOY POSESO] e INCORPORO A REVOLTA
[INCORPORO LA REVUELTA]
Waly Salomâo - ídem - pág. 33
José Oiticica
Filho y Dona Ángela partieron tranquilamente a pasar una semana y media en
Minas Gerais. Los tres hijos, Hñelio, César y Cláudio, estaban en período de
vacaciones escolares pero por alguna razón quisieron quedarse en Río de
Janeiro.
Hélio, el
mayor de los tres, convoca a los otros dos y a la mucama y les propone cambiar
el día por la noche. Es decir: de día dormir como si fuera de noche, y de noche
realizar todas las actividades diurnas. Terminar de una vez por todas con esas
convenciones bobas porque de noche, con la temperatura más amena, es mucho
mejor hacer todo lo que uno le gusta. Pintar, martillar, serruchar, escuchar la
radio a todo volumen, cantar y bailar. Cocinar, lavar la ropa, arreglar la
casa. Los dos hermanos y la mucama aceptaron de entrada y con entusiasmo tomar
el cielo por asalto. Todo iba a mil maravillas excepto por la incompatibilidad
con el mundo externo. Quejas y más quejas. Cuando el panadero y el carnicero
golpeaban a la puerta para hacer sus acostumbradas entregas matinales, eran
reprendidos severamente. Los vecinos comenzaron a extrañarse por tanto alboroto
molesto el buen y merecido descanso de los moradores de la tranquila calle
Alfredo Chaves, Humaitá, cerca del Largo dos Leões, de casas todas iguales.
Parecía que hubieran instalado una
carpintería-atelier-bote-lavandería-restaurante, todo junto, un barullo
infernal noche adentro. Un cartero fue a entregar una encomienda certificada
por el Foto-Cine Clube Bandeirantes de São Paulo para el socio José Oiticia
Filho a las 10: 30 de la mañana y sufrió un rechazo mayúsculo. “¡Fuera de aquí!
¿Dónde se ha visto entregar encomienda a estas horas?”. La modista-costurera
estuvo resentida durante meses por el tratamiento recibido al haber querido
entregar los vestidos nuevos de Doña Ángela con la luz del día. A la medianoche
y cuarenta y cinco, la mucama interrumpía su idilio porque tenía que
prepararles el “almuerzo a los chicos”. Duro poco el nuevo régimen Zero de Conduite y fue sofocado luego
por el tedioso retorno del ancien régime
de los padres, pero quedó en el recuerdo como novela ejemplar del gas
subversivo de Hélio Oiticica. Voluntad ciclópea de modelar y remodelar el
mundo.
Waly Salomâo pág. 45 – 46
De Hélio
Oiticica a Lygya Clark: “(…) hoy soy marginal: no marginal que aspira a la
pequeña burguesía o al conformismo, como la mayoría, sino marginal propiamente
dicho: al margen de todo, lo que sorprendentemente me da libertad de acción- y
para ello sólo necesito ser yo mismo, según mi principio de placer (…)”.
Wally Salamoa. pág. 51
“La vía del
exceso conduce al palacio de la sabiduría” William Blake
El mundo sin
objetos de la tela de Malevich exige una valerosa actitud de reinicio radical.
Los problemas propuestos promovían la superación de la tela enmarcada y
apuntaban a la construcción en el espacio. “Broadway Boogie-Woogie” y “Victory
Boogie-Woogie”, últimos trabajos de Mondrian, son correctamente comprendidos en
tanto problematizaciones fecundas y quedan en medio del fuego cruzado de las
penetrantes lecturas de Hegel, Cassirer, Langer y Merleau-Ponty. Este
procedimiento equipó a Hélio con herramientas conceptuales muy poderosas. Nunca
fue un naϊve. El círculo del arte del
primer mundo es excesivamente sofisticado y habría desmantelado a un naϊve.
Wally Salamoa Pág 81
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Cuerpo Vaciado
(Merglho Do Corpo, Bólide-Caixa 22.)
Jean-Luc Godard, reflexionando críticamente sobre el espejo de los
100 años del cine, lanzó en 1995 un rayo de pensamientos paradójico: “El espejo
debería reflexionar antes de reenviar la imagen”.
La persona se asoma a un trivial piletón eternit su imagen que
aparece superpuesta a la frase inscripta con letras de goma cortadas y pegadas
en el fondo del tanque –“Mergulho do Corpo” (Zambullida del Cuerpo)-; es decir
que, entre la imagen que se inclina y su reenvío, ocurre una levísima operación
de superación de la dicotomía cuerpo /espíritu, cuerpo/lenguaje; la imagen es
reenviada con el reflejo/reflexión de la frase inesperada “Mergulho do Corpo”
escrita en el fondo del tanque.
Provoca en Narciso susto de despegue que despega. Una inmersión en
la que el cuerpo aparece más como fragmento de materia, eje de mecanismos en
tanto carne animada. El antiquísimo refrán que dice que “la verdad habita en el
fondo del pozo”, generalmente profundo y oscuro, queda completa y simplemente
desmantelado en el trabajo piletón eternit, de esos que se compran en cualquier
local de venta de materiales de construcción. Es decir que no tiene nada del
aura del objeto artesanal único, pozo artesiano singular, fuente sagrada; es un
Reddy-made pero un Reddy-made transcodificado, envenenado, como la
Mona Lisa duchampiano con bigote y barba
candado, porque en su fondo claro y raso lleva escrita la frase 2Mergulho do
Corpo”. Lleno de agua como si fuese un espejo narcísico, el lago legendario
donde Narciso se mesmeriza, se enamora de sí mismo. Ni siquiera donde Narciso
se mesmeriza, se enamora de sí mismo. Ni siquiera pretende ser un buen espejo,
en el sentido óptico de superficie reflectora constituida por una película
metálica extendida sobre un vidrio o un cuerpo metálico lustroso; ni tampoco
pretende se un buen espejo en el sentido pragmático de permitir que alguien se
mire, se peine, se retoque el maquillaje, etc. Aun cuando pueda desempeñar
estas funciones con toda tranquilidad. Es en verdad un espejo fluido,
cambiante, precario, oblicuo y dispersivo porque la persona queda atrapada
leyendo la frase superpuesta e integrada a su imagen como una cicatriz o un
cascarón. “Alí del medio, espejo sin reflejo” es una expresión que se usa
cuando alguien se interpone entre el sujeto y un espejo; el otro es visto como
obstáculo, como creador de opacidad. Pero sobre la borda del pequeño estanque
pueden asomarse simultáneamente cuatro o cinco personas, haciendo a aparecer de
ese modo un cuerpo-espíritu-grupal interfundido. Como sí allí estuviera tatuado
este pensamiento de Duchamp: “Dado que la frontera de un cuerpo no forma parte
ni del cuerpo propiamente dicho ni de la atmósfera circundante”. MERGULHO DO
CORPO es un espejo arquetípico, “primitivo”, como el espejo de cualquier
superficie acuosa, el espejo de las aguas de un riacho donde está depositado, a
manera de aluvión, enigma de la pregunta contemporánea: ¿Qué cuerpo es éste?
¿Qué cuerpo es éste? ¿Qué cuerpo es éste? Eco, la ninfa enamorada
de Narciso, continúa indagando en la fantasmática escena actual. Pero es un
estanque prefabricado, industrial, obra despojada. Desierto de ninfas y bosques
y fantasmas. MERGULHO DO CORPO es sólo una zambullida y no aspira a captar
ninguna shakespeareana esencia vítrea. Por eso es raso, quizás para “evitar la
auto-ilusión de pensar que tenemos una naturaleza profunda”, como bien dice Richard
Rorty en La filosofía y el espejo de la naturaleza.
¿Qué cuerpo es éste? Seguramente posterior a las concepciones
médicas del cuerpo del siglo XIX y principios del XX. No es el conjunto de
órganos descripto en las láminas de los anatomistas, ni la conjunción de
órganos descripto en las láminas de los anatomistas, ni las conjunción de
procesos que predican los fisiólogos, ni tampoco se restringe al objeto de
análisis de los biólogos; es decir, no se reduce exclusivamente al cuerpo que
la ciencia ve o del que la ciencia habla. Tampoco excluye ni exige,
necesariamente, el cuerpo dietético, esa compulsiva caligrafía compaginada por
gimnasios, joggins y spas.
Seguramente MERGULHO DO CORPO elige y “refleja” otro recorte. El
cuerpo capaz de fruición sensorial, el cuerpo des-reprimido, el cuerpo erótico,
el cuerpo matriz de singularidades y fuente originaria, renovable, de placer.
MRGULHO DO CORPO es un reflejo pensado (“reflexionado”, “especulado”) como
unificación de las partes separadas cuerpo/espíritu, cuerpo/lenguaje. Quedé
asombrado al ver el montaje en Europa, en Holanda, un país protestante donde el
cuerpo fue más reprimido que en Brasil. Era inmensamente difícil que la gente
mirara el agua de manera lúdica. Que abandonara a la zambullida del lenguaje
corporal. Más bien una curiosidad apartada, una dificultada de participar, de
penetrar en la experimentalidad. No tenían ganas de “comer con los ojos”.
En Holanda, país paradigmático de la tolerancia, incluso cuando el
cuerpo aparece desnudo en primavera-verano, es de una inocencia desexualizada,
exuda ascetismo de mundo interior. Visto bajo el parcial prisma
picante-tropical.
Waly Salomao. Pág.85